lunes, 22 de julio de 2013

Entre Dos Ciudades

"Llegaron a un paraje que iba elevándose, y cuando alguna vez se detenían podían ver, mirando hacia atrás, cómo se extendía, ampliándose cada vez más, el panorama de Nueva York con su puerto. El puente que une a Nueva York con Brooklyn colgaba fácilmente sobre el East River y se le veía vibrar cuando se entornaban los ojos. Parecía totalmente libre de circulación y por debajo de él se estiraba la cinta de agua lisa, inmóvil.

En las dos gigantescas ciudades todo parecía estar absurdamente colocado, sin responder a ninguna razón utilitaria. Apenas se notaba diferencia entre las casas grandes y las pequeñas. En las brechas invisibles de las calles seguramente la vida seguiría su ritmo, pero por encima de ellas sólo se podía ver una ligera bruma que, aunque inmóvil, parecía poder disiparse muy fácilmente. Incluso sobre el puerto, el más grande del mundo, se extendía la paz, y sólo de cuando en cuando, y seguramente bajo la influencia del recuerdo de haberlo visto antes desde cerca, creíase ver moverse un breve trecho a algún barco. Pero tampoco era posible prolongar la observación, puesto que el barco se escapaba a las miradas y luego ya no se le volvía a encontrar."

América (1912)

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