"Conforme avanzaba, se iba intensificando más y más la sensación de que el cuerpo ya no me pertenecía. Me dije que probablemente se debía a que no podía verme a mí mismo. Aunque me llevara la palma de la mano ante los ojos, no podía distinguirla.
Ser incapaz de ver tu propio cuerpo es algo muy extraño. Cuando eso se prolonga largo tiempo, te acabas preguntando si tu cuerpo no será más que una simple hipótesis. Cierto que, al golpearme la cabeza, me hacía daño, y que la herida del vientre no me daba tregua. Y que sentía el suelo bajo las plantas de los pies. Pero no eran más que un simple dolor y una simple percepción. Podía decirse que no era más que un concepto que se asentaba sobre la hipótesis de que mi cuerpo me pertenecía. Por lo tanto, no se podía descartar la idea de que mi cuerpo hubiese desaparecido y que sólo quedase el concepto, que funcionaba de manera autónoma. Exactamente igual que una persona a la que le han amputado una pierna en una operación quirúrgica continúa sintiendo el picor en la punta de los dedos de los pies de la pierna amputada."
El Fin del Mundo y un Despiadado País de las Maravillas (1985)
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