sábado, 7 de enero de 2017

Del Fondo de los Siglos

"Monsieur Benoit mueve los labios penosamente. Figuras llorosas se inclinan en torno. El moribundo se ahoga. ¡Tiene tanto que decir! Y de repente recobra la voz, firme, lúcida.

Pero entre las siluetas familiares apiñadas alrededor, asoman unos perfiles arcaicos, transparentes, de seres de flacura gótica, con espadas, coronas y cetros, unos seres rígidos y grises como estatuas de sepulcros. Uno le pone sobre la boca la mano abierta, que es como un ala de cristal.

—No digas nada —le murmura al oído.


Y en el aposento de Buenos Aires cuyas cortinas diluyen el pregón del naranjero, ondula el coro doloroso de los viejos reyes que vienen del fondo de los siglos, con su carga abrumadora de pesares, de ambiciones, de secretos, de crímenes:

—No digas nada, no digas nada... Ven a reinar...

Luis XVII no dice nada. Tira hacia él la cobija, como un manto, cierra los ojos azules y baja solo la escalinata que se interna en el parque espectral, el parque donde los lebreles del Delfín ladran a la luna de hielo y donde los monarcas temblorosos se cuentan sus desilusiones."

Misteriosa Buenos Aires (1950)

No hay comentarios:

Publicar un comentario