sábado, 22 de diciembre de 2018

Inmemorial

"Por su lentitud y su tamaño, debía de ser una cucaracha muy vieja. En mi arcaico horror por las cucarachas había aprendido a adivinar, incluso a distancia, su edad y sus peligros; aunque nunca me había encarado realmente con una cucaracha, conocía sus procesos vitales.


Solo que haber descubierto de repente vida en la desnudez de la habitación me había asustado como si hubiese descubierto que la habitación muerta era, en verdad, poderosa. Todo allí se había secado, pero quedaba una cucaracha. Una cucaracha tan vieja que era inmemorial. Lo que siempre me había repugnado de las cucarachas es que eran obsoletas y, sin embargo, actuales. Saber que ellas ya vivían sobre la Tierra, e iguales que hoy día, antes incluso de que hubiesen aparecido los primeros dinosaurios, saber que el primer hombre ya las había encontrado proliferantes y arrastrándose, saber que habían sido testigos de la formación de los grandes yacimientos de petróleo y carbón del mundo, y allí estaban durante el gran avance y después durante el gran retroceso de los glaciares, la resistencia pacífica. Yo sabía que las cucarachas resistían más de un mes sin alimento o agua. Y que hasta de la madera hacen una sustancia nutritiva aprovechable. Y que, incluso después de pisadas, recuperaban lentamente su forma y seguían caminando. Incluso congeladas, al descongelarlas proseguían la marcha… Hace trescientos cincuenta millones de años que se reproducían sin transformarse. Cuando el mundo estaba casi desnudo, ellas ya lo cubrían pausadas.

Como allí, en la habitación desnuda y atestada, la gota virulenta: en una limpia probeta de ensayo, una gota de materia."

La Pasión según G. H. (1964)


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